martes, 9 de noviembre de 2010

POBLADORES FUMIGADOS: HUELGA DE HAMBRE ANTE FALTA DE RESPUESTAS

RENACE INFORMA
RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA de la Argentina
9 de noviembre 2010
POBLADORES FUMIGADOS
FALTA DE RESPUESTA DEL DEFENSOR DEL PUEBLO
Comienza la nueva campaña de la soja transgénica
12 millones de personas volverán a ser afectadas por las pulverizaciones con pesticidas
HUELGA DE HAMBRE
Buenos Aires, 9 de Noviembre de 2010
En el convencimiento de que se inicia una época muy difícil y riesgosa  para millones de habitantes que viven cerca de las zonas fumigadas, el Ing. Claudio Lowy inicia hoy una huelga de hambre ante la Defensoría del Pueblo de la Nación para que se responda por una petición que ya lleva casi un año sin respuesta:
El Requerimiento al Defensor del Pueblo de la Nación solicitando su intervención para el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos, petición acompañada por más de 2.700 adhesiones.
Se solicita que la clasificación toxicológica de los agroquímicos  considere el conjunto de todos los daños a la salud que por su toxicidad pueden generar estos productos, y no sólo la toxicidad letal aguda, como ocurre en la actualidad, asi como que los que no tengan demostrado el grado de su toxicidad subletal y crónica sean clasificadas como “sumamente peligrosos, muy tóxicos”; e identificados con banda roja.
Además, que los estudios sobre los que se basan las clasificaciones de los agroquímicos sean realizados por investigadores, empresas o laboratorios que no estén o no hayan estado vinculados a las empresas y laboratorios que patentan, elaboran o comercializan los agroquímicos.
La situación es tan grave, que la Defensoría debería haber actuado de oficio. La primera reunión con integrantes del Área Ambiental de esa institución fue en diciembre del 2009. La primera presentación del Requerimiento fue realizada el 20 de mayo del corriente, recibiendo por respuesta que la Recomendación sería emitida por la Defensoría a fin de ese mismo mes de mayo, lo que no ocurrió. Tampoco la reunión con expertos que dijeron se iba a convocar.
El pasado 30 de septiembre solicitamos se nos informara el estado de actuación de la Resolución 1.680/10, y tampoco obtuvimos respuesta. Se procuró información telefónica y se informó que las personas que llevaban la actuación estaban de licencia. Otros intentos de contacto e información tambièn fueron infructuosos.
Por todo ello, en el día de hoy se inicia una huelga de hambre con presencia efectiva en la entrada de la Defensoría del Pueblo de la Nación. Se anexa la presentación completa.
La noticia no es la huelga de hambre. La noticia son los millones de personas afectadas por las fumigaciones; y la falta de respuesta del Defensor del Pueblo de la Nación al Requerimiento que podría brindarles protección y seguridad. Por ello, indicamos a los medios y a la población en general las formas de contacto con el Defensor del Pueblo de la Nación, Dr. Anselmo Sella, así como con algunos de los muchos afectados para que hablen directamente con ellos.
Defensor del Pueblo de la Nación, Dr. Anselmo Sella:
Secretaría: (011) 4819-1602 - Defensoría: 0810.333.3762 • Fax: (011) 4819-1581
www.dpn.gob.ar/contacto.php?sec=cons&cnt=91


ANEXO:

PRESENTACION COMPLETA AL DEFENSOR DEL PUEBLO DE LA NACIÓN

Buenos Aires, 9 de Noviembre de 2010.-
Sr. Adjunto I,
A cargo de la Defensoría del Pueblo de la Nación,
Dr. Anselmo Sella
Ref.: Apoyo al Requerimiento de cambio de la metodología en la clasificación de los agroquímicos.
Actuación 1.680/10. Huelga de hambre.
De mi consideración:
Me dirijo a Ud. a fin de manifestarle mi decepción y rechazo por la notoria negligencia con que la Defensoría a su cargo ha tomado el Requerimiento al Defensor del Pueblo de la Nación solicitando su intervención para el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos, que ya cuenta con más de 2.700 adhesiones de ciudadanas y ciudadanos argentinos de todo el país que manifiestan con su firma y su DNI en planillas de papel, el rechazo a los riesgos y daños a la salud que generan los agroquímicos; y peticionan que:
1.     La clasificación toxicológica de los agroquímicos  considere el conjunto de todos los daños a la salud que por su toxicidad pueden generar estos productos, y no sólo la toxicidad letal aguda, como ocurre en la actualidad.
2.     Los agroquímicos cuyo uso sea autorizado y no tengan demostrado el grado de su toxicidad  tanto en las dosis letales agudas, como en las subletales y las crónicas sean clasificadas como “Ia: sumamente peligrosos, muy tóxicos”; e identificados con banda roja.
3.     Los formulados de los agroquímicos sean clasificados con la toxicidad mayor, que puede corresponder a la del componente más tóxico, o al del formulado considerado integralmente.
4.     Los estudios sobre los que se basan las clasificaciones de los agroquímicos sean realizados por investigadores, empresas y/o laboratorios que no estén y/o no hayan estado vinculados de alguna manera a las empresas y laboratorios que patentan, elaboran y/o comercializan los agroquímicos.
Como se explica en los vistos del Requerimiento, la metodología de clasificación de los agroquímicos utilizada según la Resolución 350/99 de la entonces Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca, es la Dosis Letal Aguda 50 % (DL50). Esta metodología no contempla la toxicidad subletal ni la toxicidad crónica, por lo que los pesticidas son clasificados de una manera mucho más benigna de lo que correspondería; además de los otros aspectos de la petición ya indicados.
La aplicación de la propuesta haría que los agroquímicos quedaran clasificados con una toxicidad mayor, que correspondería a los riesgos y desconocimientos reales de los daños que pueden provocar en la salud y en el ambiente. Las normas de diferentes provincias e incluso locales obligan a la aplicación más alejada de las viviendas cuanto mayor es la clasificación toxicológica del producto; por lo que la reclasificación propuesta implicará el alejamiento de las pulverizaciones de los lugares donde vive la gente, que hoy se está haciendo del otro lado de la calle o de la medianera de las casas.
El caso más significativo por la cantidad usada es el de los formulados del glifosato, que suelen contener coadyuvantes que son más tóxicos que el principio activo. La deficiencia de la metodología se pone de manifiesto nuevamente con el hecho de que hasta el 2009 fue considerado Clase IV (la menor toxicidad) e identificado con banda verde, y recién en el 2009 fue clasificado como clase III, sin tener en cuenta, todavía, la mayoría de los daños subletales y crónicos que puede producir. Hasta ese momento se inducía su aplicación en forma poco cuidadosa y desaprensiva, ya que los envases de sus formulados eran señalizados con la Banda Verde. Es claro que la banda azul que corresponde a la clase III tampoco es indicadora de la toxicidad real de esos formulados.
La competencia de la Defensoría
La situación es tan grave, que la Defensoría debería haber actuado de oficio:
  • La Resolución citada 350/99 que regula la autorización y clasificación de los agroquímicos en la Argentina es una norma del Poder Ejecutivo Nacional, cuya aplicación produce daños en forma sistemática, y que puede ser modificada por otros dos tipos de norma del mismo Ejecutivo: otra Resolución o un Decreto Presidencial.
  • El tema es claramente de la competencia de la Defensoría, ya que se trata de hechos u omisiones de la administración pública nacional y sus agentes, que implican el ejercicio ilegítimo, defectuoso, irregular, abusivo, arbitrario, discriminatorio, negligente, gravemente inconveniente o inoportuno de sus funciones, incluyendo aquéllos capaces de afectar los intereses difusos o colectivos, tal como lo indica el artículo 14 de la Ley 24.284.
  • El artículo 15 de la misma ley establece que el defensor del Pueblo debe prestar especial atención a aquellos comportamientos que denoten una falla sistemática y general de la administración pública, procurando prever los mecanismos que permitan eliminar o disminuir dicho carácter.
La falla sistemática a que hace referencia este último artículo está claramente presente en este caso, ya que la metodología de clasificación DL50 en forma sistemática otorga a los pesticidas una clasificación toxicológica que afecta a todos los pesticidas al no exigir que se consideren las toxicidades crónicas ni las subletales, por lo que sistemáticamente son clasificados como si fueran mucho menos tóxicos de lo que en realidad son, tal como se indica en la Actuación 1.680/10.
Cabe señalar aquí los contenidos de los Considerandos del Requerimiento:
Que el artículo 41 de la Constitución Nacional dice: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; tienen el deber de preservarlo.”
Que la Ley 25.675, denominada Ley General del Ambiente, define al principio precautorio en su art. 4 en los siguientes términos: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científicas no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente”.
Que este principio precautorio es sustento de la inversión de la carga de la prueba.
Que, consecuentemente, no somos los habitantes de la Nación los que debemos demostrar que los agroquímicos y los procesos productivos nos causan daño; sino que es el Estado que aprueba su uso y las empresas que los patentan, producen, comercializan, utilizan o inducen su utilización las que deben demostrar que no nos causan daño.
Que el Estado debe garantizarnos que esas demostraciones son válidas.
Reuniones, consultas y actividades en común con la Defensoría
La primera reunión por este tema la tuvimos con integrantes del Área Ambiental de esa institución en diciembre del 2009, hace ya casi un año. La primera presentación del Requerimiento fue realizada el 20 de mayo del corriente, quedando individualizada como Actuación 1.680/10, con la adhesión de 1.036 firmas. En ese momento se nos dijo que con el estado de avance conjunto de la actuación, a más tardar la Recomendación sería emitida por la Defensoría a fin de ese mismo mes de mayo, lo que no ocurrió.
Se nos dijo que era necesario realizar una reunión de expertos, médicos, ingenieros agrónomos, bioquímicos; incluso en forma conjunta con el personal del Área Ambiental elaboramos listas de posibles participantes de esa reunión, que nunca fue convocada.
En los meses siguientes se hicieron presentaciones de adhesiones adicionales al Requerimiento, completando a la fecha la cantidad indicada arriba.
Varias veces en estos meses solicitamos se nos informe acerca del estado de la tramitación, y se nos respondió en cada oportunidad otra cosa: que estaba por salir, que había vuelto, que ya estaba, que había que agregarle información, que era necesario hacer una consulta. Salvo la primera y frustrada respuesta de que saldría a fines de mayo, nunca hubo una información sobre el estado del trámite que permitiera avizorar una fecha de emisión de la recomendación. El 30 de septiembre solicitamos por escrito se nos informara el estado de actuación de la Resolución 1.680/10, y tampoco obtuvimos respuesta.
El estado de riesgo actual
Los daños a la salud de la población afectada asociados a la pulverización de pesticidas está documentada por numerosos estudios de instituciones oficiales y no oficiales que son independientes de las empresas que producen, comercializan, patentan o inducen el uso de estos productos.
A los estudios y casos a que hace muy bien referencia la Resolución Nº 331 de la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fé, de diciembre de 2009, confirmando la prohibición de fumigar a menos de 800 mts. de las viviendas en el Barrio Urquiza de la ciudad de San Jorge por vía terrestre y a 1500 mts como mínimo por vía aérea, hay que agregarle los informes y comunicados posteriores vinculados a las solicitudes del Requerimiento:
  • Así como otros investigadores en momentos anteriores, el Dr. Alberto Cassano Profesor Titular Consulto de la UNL. Investigador Superior Emérito del Conicet señala en un comunicado del 15/7/2010, como ya lo habían expresado anteriormente otros investigadores, que la recomendación de la EPA estadounidense para la aprobación del glifosato, se basa fundamentalmente en el trabajo de Williams y colaboradores que fue realizado en conjunto con y financiado por Monsanto.
  • El informe de la Universidad Nacional del Litoral del 10 de Septiembre de 2010, respondiendo a la Demanda de la justicia de Santa Fe en el caso citado anteriormente, a pesar de ser muy cuestionable en muchos aspectos, entre otros que no explicita con claridad la necesidad de aplicar el principio precautorio, expresa en sus “Conclusiones, Consideraciones y recomendaciones generales” partes de los riesgos, prevenciones y estudios que habría que hacer y tener en cuenta, y que no se hacen, para limitar los daños de los agroquímicos a la salud y al ambiente, así como reconoce daños originados en el uso de los formulados del glifosato que son sistemáticamente ignorados. Esas conclusiones se adjuntan como Anexo I (se pueden consultar en www.unl.edu.ar/noticias/media/docs/Informe%20Glifosato%20UNL.pdf) .
  • El gobernador del Chaco creó en diciembre del 2009 la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, que entregó en junio/2010 el denominado “Primer Informe” a la Casa de Gobierno provincial y en el Ministerio de Salud local. Señala que los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento en la última década. . Los casos de cáncer están focalizados en la localidad de La Leonesa, cercana a Resistencia y epicentro de las denuncias por el uso de herbicidas y plaguicidas. La Justicia ordenó frenar las fumigaciones y exigió urgentes estudios de impacto ambiental.
Y dice el informe: “Respecto de patologías oncológicas infantiles, leucemias, tumores cerebrales y linfomas, se observa un mayor número de casos anuales a partir de 2002. En La Leonesa, en el período 2000-2009 se comprueba un incremento notable, que triplica la ocurrencia de cánceres en niños”. Observando la multicausalidad del cáncer, indica la única de esas causas que varió juntamente con las enfermedades: “Este incremento de la casuística coincide con la expansión de la frontera agrícola (…) vulnerando la salud de la población, debido a que las prácticas y técnicas de cultivo incluyen pulverizaciones aéreas con herbicidas cuyo principio activo es el glifosato y otros agrotóxicos.
Los cultivos transgénicos sujetos a fumigación sistemática cubren 22 millones de has. pertenecientes a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Santiago del Estero, San Luis, Chaco, Salta, Jujuy, Tucumán, La Pampa y Corrientes. En esta enorme extensión del país, en los pueblos, rodeados de campos, viven por lo menos 12 millones de habitantes, según lo calculado por geógrafos de la UNC, sin contar la población de las grandes ciudades en cada provincia.
Estos doce millones de argentinos son fumigados directamente, es decir que, reciben una parte suficiente de esos 300 millones de litros de agrotóxicos sobre sus casas, escuelas, parques, fuentes de agua, predios deportivos, lugares de trabajo: sobre sus vidas. Esta población es la población a cargo de los médicos de los pueblos fumigados, en la que observamos incrementos alarmantes de grandes y significativas cantidades de cánceres, malformaciones y trastornos reproductivos, hoy ya inocultables.
La realidad es incontrastable, como lo demuestra por ejemplo, la georeferenciación realizada por las madres de Bº Ituzaingó y el equipo de atención primaria de la Municipalidad de Córdoba, en el año 2005, de los casos de Bº Ituzaingó, donde si bien actuaron otros contaminantes, los agroquímicos tuvieron un papel relevante.
La situación es aún más gravosa dado que es en este el período del año, en noviembre, cuando se inicia la siembra de la soja en las 20 millones de hectáreas, con la aplicación, en números redondos, de 200 millones de litros de formulados del glifosato, el principal pesticida utilizado en la agricultura de monocultivo con agroquímicos en nuestro país, que afectará la salud y la calidad de vida de unos 12 millones de personas que tienen sus viviendas a distancias cercanas a los campos donde los pesticidas son rociados por aire con aviones y por tierra con los denominados mosquitos.
Como se expresa arriba, la clasificación benigna de este pesticida, tal como se indica en el Requerimiento, permite que sea aplicado cerca de las poblaciones, ya que las normas provinciales y locales definen menores espacios libres de aplicación cuánto menor clasificación toxicológica tiene el producto aplicado. Esas aplicaciones harán correr el riesgo a esas poblaciones de los cánceres, especialmente en niños, las malformaciones congénitas, los abortos espontáneos, las alergias, los daños oculares, y tantos otros daños que señalan estudios oficiales y no oficiales de investigadores independientes de las empresas que comercializan el producto y el paquete tecnológico vinculado a ese cultivo.
Por eso, señor Defensor del Pueblo de la Nación a cargo, Dr. Anselmo Sella, es tan necesario que usted actúe rápidamente según lo que se le solicita en el Requerimiento para el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos.
El apoyo al Requerimiento y la protesta por la negligencia
Dada la urgencia de la situación y las infructuosas tramitaciones realizadas hasta el momento ante la Defensoría a su cargo, no me queda otra alternativa que el inicio de una huelga de hambre en apoyo al Requerimiento y en protesta por la negligencia puesta de manifiesto por la Defensoría a su cargo.
Dado el riesgo a mi seguridad personal por los intereses económicos y políticos en juego, copia de esta nota, adjuntando la documentación correspondiente, será remitida a
  • Los movimientos sociales articulados en la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE) y a la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC).
  • La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
  • Amnistía Internacional
  • Consulados de países integrantes del MERCOSUR.
  • El Consulado de España en mi condición de ciudadano español, y de países de la UE.
  • La UNESCO
  • Las agencias de noticias nacionales e internacionales.
Adjunto:
  • Anexo I: Punto 8 del Informe de la Universidad Nacional del Litoral: “Conclusiones, Consideraciones y recomendaciones generales”, respondiendo a la Demanda de la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fé
  • Anexo II: El informe del 1er ENCUENTRO DE MEDICOS DE PUEBLOS FUMIGADOS realizado en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba en agosto de 2010.
Lo saludo atte.
Claudio Lowy
DNI Argentino: 7.693.032
DNI Español: 41591763-N
Ingeniero Forestal- (UNLP)
Master en Desarrollo Humano Sostenible-Cátedra UNESCO- Universidad de Girona
Doctorando en ciencias Sociales-UBA

domingo, 29 de agosto de 2010

1º ENCUENTRO DE MÉDICOS DE PUEBLOS FUMIGADOS

RENACE INFORMA
RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA DE LA ARGENTINA
29 de agosto 2010

MÉDICOS DE PUEBLOS FUMIGADOS

PIDEN A LA NACIÓN QUE PROHÍBA
LA FUMIGACIÓN AÉREA

TAMBIÉN SOLICITAN QUE SE RESTRINJA
LA APLICACIÓN TERRESTRE


El 27 y 28 se realizó el primer Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados en el Pabellón Argentina de la Universidad Nacional de Córdoba. Expusieron profesionales de la salud sobre las enfermedades ocasionadas por el uso de agrotóxicos, especialmente el glifosato. Expusieron médicos de la provincia de Santa Fe, Chaco, Misiones y Córdoba.

El pediatra Rodolfo Páramo explicó sus trabajos en el norte de la provincia de Santa Fe y recalcó, de modo eufórico, los intereses económicos y la falta de humanidad de los ingenieros agrónomos a quienes calificó de “genocidas”. Sobre los efectos de los agrotóxicos, narró los problemas respiratorios y de piel que presenta la población de Malabrigo, refiriendo al deber como profesional y como egresado de la universidad cordobesa. “Egresé de una universidad pública, para mí es un deber ético y moral advertir si encuentro algo que está provocando daño mínimo o máximo a la salud de una población”.

Coni Fita, directora del Registro de Tumores Córdoba; Analía Otaño, integrante de la Red Salud Popular y delegada del Ministerio de Salud de la Nación en el Chaco; María del Pilar Díaz, directora de Epidemiología Ambiental del Cáncer de la UNC , entre otros, explicaron la relación entre el cáncer y el agrotóxico. Gladys Trombotto, genetista en la Maternidad Nacional brindó datos específicos sobre el aumento de malformaciones por la utilización de insecticidas: de 700.000 niños que nacen en Argentina, 21.000 tienen malformaciones. A nivel provincial, no hay vigilancia epidemiológica ni en barrio Ituzaingó ni en Montecristo. Agregó que en Córdoba y Santa Fe se utilizan más de 160 millones de litros de agrotóxicos, con efectos como pubertad anticipada, diabetes, daño renal hepático e intestinal.

Hugo Gómez Demaio, Jefe del Servicio de Pediatría de Posadas, Misiones demostró, mediante imágenes y relatos estremecedores, las secuelas provocadas por los químicos en la provincia del nordeste. Criticó a los productores de soja así como a todos los productos vinculados a la actividad agropecuaria. Aseguró que es altamente nocivo consumir todo lo relacionado con Monsanto, Cargil, Nestle, Unilever con Agro y Ades. Exigió: “Soberanía alimentaria y distribución alimentaria equitativa”.

LOS EQUIPOS MÉDICOS DE PUEBLOS FUMIGADOS ENVIARON UNA CARTA A CRISTINA FERNÁNDEZ

Los equipos de salud de Pueblos Fumigados de la Argentina , junto a otros científicos y académicos le solicitarán a la presidenta de la Nación , Cristina Fernández, que prohíba la fumigación aérea en todo el país y que restrinja la fumigación terrestre en las zonas aledañas a los centros urbanos.

El pedido formal se realizó a través de un comunicado en el que se argumenta que los pueblos fumigados vienen denunciando desde hace años una "importante agresión a la salud humana en las localidades sometidas a fumigaciones constantes en la Argentina , y que la situación se agrava día a día".

El texto agrega que en estos pueblos se están detectando como mayor frecuencia "enfermedades severas como cánceres, abortos espontáneos, trastornos de la fertilidad y nacimiento de hijos con malformaciones congénitas".

A su vez, "los trastornos respiratorios, endocrinos, neurológicos, hematológicos y psíquicos son también mucho más frecuentes en las poblaciones sistemáticamente fumigadas", señala el texto.

Destaca como datos cuantitativos que el consumo de plaguicidas creció un mil por ciento en los últimos 14 años y que en la actualidad unas 12 millones de personas se encuentran expuestas a las fumigaciones en el país.

Entre las pruebas señalan que "investigaciones y publicadas en revistas científicas internacionales arbitradas, en modelos experimentales con diversos plaguicidas, incluyendo glifosato, establecen una fuerte plausibilidad que explicaría la causalidad biológica de las manifestaciones clínicas de los pacientes".


Además, los equipos médicos de Pueblos Fumigados le enviaron una carta a las entidades agropecuarias en la que las exhortan a terminar con las fumigaciones. (ver abajo)


CARTA ABIERTA DE LOS MEDICOS DE LOS PUEBLOS FUMIGADOS A LAS ENTIDADES AGROPECUARIAS

1º Encuentro Nacional de Medicos de Pueblos Fumigados.


Córdoba, 27 de agosto de 2010

Sr. Hugo Biolcatti, Presidente de Sociedad Rural Argentina

Sr. Mario Llambias, Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas

Sr. Eduardo Buzzi, Presidente de Federación Agraria Argentina

Los miembros de los equipos de salud de los pueblos fumigados de Argentina, junto con los científicos, investigadores y académicos, reunidos en el 1 Encuentro Nacional de Medicxs de Pueblos Fumigados, concretado en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, nos sentimos en la imperiosa necesidad de dirigirnos a ustedes, en forma directa y publica para hacerles conocer que es muy grave la situación de la salud de las poblaciones de los pueblos fumigados en la Argentina y que esta se agrava día a día.

Y que los canceres y otras enfermedades severas son detectadas con más frecuencia ahora. Al igual que los abortos espontáneos, trastornos de fertilidad y nacimiento de hijos con malformaciones congénitas que encontramos con índices muy elevados. Y que los trastornos respiratorios, endocrinos, hematológicos, neurológicos y psíquicos son, también ahora, mucho más frecuentes en las poblaciones sistemáticamente fumigadas. Fumigadas porque comparten el mismo espacio geográfico que los cultivos agroindustriales y transgénicos que ustedes explotan.

En las 23 millones de ha. ocupadas por cultivos transgénicos viven, en o entre sus campos, 12 millones de compatriotas, ellos son nuestros pacientes y por lo tanto tenemos una enorme responsabilidad en el resguardo de su salud y en la defensa de sus derechos a la misma.

Queremos decirles a Uds., presidentes de las principales entidades agropecuarias, que sabemos que están fumigando 300 millones de litros de venenos sobre esta población, que lo hacen sin ningún tipo de control y que el negocio de los laboratorios multinacionales de agroquímicos esta desencadenado en la Argentina , por lo que cada vez utilizan más y más tóxicos por ha., de manera irracional.

Queremos decirles también que nosotros, los médicos y demás miembros de los equipos de salud, los investigadores, científicos y académicos que analizamos este problema, no creemos es más, estamos seguros que los crecientes padecimientos en la salud de los habitantes de los pueblos fumigados son generados por las fumigaciones que ustedes realizan. Y esta seguridad nos las da conocer como viene evolucionando la salud de nuestras comunidades y cotejarla con la creciente información científica, que destaca las evidencias disponibles con respecto al daño que genera la exposición de pesticidas a la salud en poblaciones susceptibles.

Queremos decirles que no tenemos ningún interés mezquino oculto, no tenemos ningún interés económico, ni político partidario, ni religioso, ni de ningún otro tipo, que no sea el resguardo de la salud de nuestros pacientes, para decirles lo que aquí estamos afirmando y exortarlos a que PAREN DE FUMIGAR.

Por último, queremos decirles, que sabemos que están aprovechando una coyuntura internacional con precios en alza y demanda sostenida, pero sus ganancias no justifican los canceres de nuestros pacientes ni las malformaciones de nuestros hijos.-

Fuentes:

La Voz del Interior
CBA Noticias http://www.cbanoticias.net/
http://noticias-ambientales-cordoba.blogspot.com

www.renace.net

domingo, 21 de junio de 2009

El glifosato estimula la muerte de las células de embriones humanos

Por Darío Aranda
Página 12
Gilles-Eric Seralini es especialista en biología molecular, docente de la Universidad de Caen (Francia) y director del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen). Y se ha transformado en un dolor de cabeza para las empresas de agronegocios y los defensores a ultranza de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados –transgénicos–). En 2005 descubrió que algunas células de la placenta humana son muy sensibles al herbicida Roundup (de la compañía Monsanto), incluso en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura. A pesar de su frondoso currículum, fue duramente cuestionado por las empresas del sector, descalificado por los medios de comunicación y acusado de “militante verde”, entendido como fundamentalismo ecológico. Pero en diciembre pasado volvió a la carga; la revista científica Investigación Química en Toxicología (Chemical Research in Toxicology) publicó su nuevo estudio, en el que constató que el Roundup es letal para las células humanas. Según el trabajo, dosis muy por debajo de las utilizadas en campos de soja provocan la muerte celular en pocas horas. “Aun en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”, afirmó Seralini a Página/12 desde su laboratorio en Francia. Sus investigaciones forman parte de la bibliografía a la que hace referencia el Comité Nacional de Etica en la Ciencia en su recomendación para crear una comisión de expertos que analice los riesgos del uso del glifosato.El investigador había decidido estudiar los efectos del herbicida sobre la placenta humana después de que un relevamiento epidemiológico de la Universidad de Carleton (Canadá), realizado en la provincia de Ontario, vinculara la exposición al glifosato (ingrediente base del Roundup) con el riesgo de abortos espontáneos y partos prematuros. Mediante pruebas de laboratorio, en 2005, Seralini confirmó que en dosis muy bajas el Roundup provoca efectos tóxicos en células placentarias humanas y en células de embriones. El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, precisó que el herbicida mata una gran proporción de esas células después de sólo dieciocho horas de exposición a concentraciones menores que las utilizadas en el uso agrícola.Señalaba que ese hecho podría explicar los abortos y nacimientos prematuros experimentados por trabajadoras rurales. También resaltaba que en soluciones entre 10 mil y 100 mil veces más diluidas que las del producto comercial ya no mataba las células, pero bloqueaba su producción de hormonas sexuales, lo que podría provocar en fetos dificultades en el desarrollo de huesos y el sistema reproductivo. Alertaba sobre la posibilidad de que el herbicida sea perturbador endocrino y, por sobre todo, instaba a la realización de nuevos estudios. Sólo obtuvo la campaña de desprestigio.En 2007 difundió nuevos avances. “Hemos trabajado en células de recién nacidos con dosis del producto cien mil veces inferiores a las que cualquier jardinero común está en contacto. El Roundup programa la muerte de las células en pocas horas”, había declarado Seralini a la agencia de noticias AFP. Resaltaba que “los riesgos son sobre todo para las mujeres embarazadas, pero no sólo para ellas”.En diciembre último, la revista norteamericana Investigación Química en Toxicología (de la American Chemical Society –Sociedad Química Americana–) le otorgó a Seralini once páginas para difundir su trabajo, ya finalizado. Focalizó en células humanas de cordón umbilical, embrionarias y de la placenta. La totalidad de las células murieron dentro de las 24 horas de exposición a las variedades de Roundup. “Se estudió el mecanismo de acción celular frente a cuatro formulaciones diferentes de Roundup (Express, Bioforce o Extra, Gran Travaux y Gran Travaux Plus). Los resultados muestran que los cuatro herbicidas Roundup, y el glifosato puro, causan muerte celular. Confirmado por la morfología de las células después del tratamiento se determina que, incluso a las más bajas concentraciones, causa importante muerte celular”, denuncia en la publicación, que precisa que aun con dosis hasta diez mil veces inferiores a las usadas en agricultura el Roundup provoca daño en membranas celulares y muerte celular. También confirmó el efecto destructivo del glifosato puro, que en dosis 500 veces menores a las usadas en los campos induce a la muerte celular.Gilles-Eric Seralini tiene 49 años, nació en Argelia, vive en Caen, investiga la toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas, es consultor de la Unión Europea en OGM y es director del Consejo Científico del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen). “He publicado tres artículos en revistas científicas norteamericanas de ámbito internacional, junto con investigadores que hacían su doctorado en mi laboratorio, sobre la toxicidad de los herbicidas de la familia del Roundup sobre células humanas de embriones, así como de placenta, y sobre células frescas de cordones umbilicales, las cuales llevaron a los mismos resultados, aunque fueran diluidas hasta cien mil veces. Confirmamos que los herbicidas Roundup estimulan el suicidio de las células humanas. Me especializo en los efectos de los OGM y sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, nerviosas y reproductivas tienen relación con los agentes químicos de los OGM. Además, estos herbicidas perturban la producción de hormonas sexuales, por lo cual son perturbadores endocrinos”, afirma Seralini.“El glifosato es menos tóxico para las ratas que la sal de mesa ingerida en gran cantidad”, señalaba hace una década la publicidad de Monsanto, citada en la extensa investigación periodística El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin. En el capítulo cuatro, llamado “Una vasta operación de intoxicación”, Seralini es contundente: “El Roundup es un asesino de embriones”. Hecho confirmado con la finalización de sus ensayos, en diciembre de 2008.La contundencia y difusión del trabajo provocaron que la compañía de agrotóxicos más poderosa del mundo rompiera su silencio –a pesar de que su política empresarial es no responder estudios o artículos que no le sean favorables–. Mediante un comunicado, y ante la agencia de noticias AFP, Monsanto Francia volvió a deslegitimar al científico. “Los trabajos efectuados regularmente por Seralini sobre Roundup constituyen un desvío sistemático del uso normal del producto con el fin de denigrarlo, a pesar de que se ha demostrado su seguridad sanitaria desde hace 35 años en el mundo.”La antigüedad del producto en el mercado es el mismo argumento utilizado en la Argentina por los defensores del modelo de agronegocios. Las organizaciones ambientalistas remarcan que esa defensa tiene su propio callejón sin salida. El PCB (químico usado en transformadores eléctricos y producido, entre otros, por Monsanto) también se utilizó durante décadas. Recibió cientos de denuncias y se lo vinculó con cuadros médicos graves, pero las empresas continuaban defendiendo su uso basado en la antigüedad del producto. Hasta que la presión social obligó a los Estados a realizar estudios y, con los resultados obtenidos, se prohibió su uso. “Con el glifosato pasará lo mismo”, retrucan las organizaciones.–Luego de una investigación en la Argentina del doctor Andrés Carrasco, en la que confirmó el efecto devastador en embriones anfibios, las empresas del sector reaccionaron con intimidaciones, amenazas y presiones. ¿Le suena familiar?–Sí, y mucho. Con mis investigaciones las empresas también reaccionaron muy mal. En lugar de criticar a los investigadores, una gran empresa responsable que no tiene ninguna capacitación en toxicología tendría que ponerse en duda e investigar. En diciembre de 2008, cuando se publicó nuestro último artículo, el Departamento de Comunicación de Monsanto dijo que estábamos desviando el herbicida de su función, ya que no fue hecho para actuar sobre células humanas. Este argumento es estúpido, no merece otro calificativo. Es muy sorprendente que una multinacional tan importante admitiera, con ese argumento, que no conduce ensayos de su herbicida con dosis bajas sobre células humanas antes de ponerlo en el mercado. Se debiera prohibir el producto nada más que por ese reconocimiento corporativo.–¿Cuál fue el papel de los medios de comunicación en sus descubrimientos?–Diarios y televisiones han hablado de nuestros estudios, dan cuenta de que el mundo está deteriorándose a causa de estos contaminantes y que muchas enfermedades desencadenadas por productos químicos ya se ven también en los animales y reducen dramáticamente la biodiversidad. Pero también hay que tener presente que el lobby de las empresas es muy fuerte, hacen llegar a los medios de comunicación informaciones contradictorias que finalmente desinforman a la opinión pública e influyen en gobiernos.En 1974, Monsanto había sido autorizada a comercializar el herbicida Roundup, “que pasaría a convertirse en el herbicida más vendido del mundo”, se ufana la publicidad de la empresa. En 1981 la compañía se estableció como líder en investigación biotecnología, pero recién en 1995 fue aprobada una decena de sus productos modificados genéticamente, entre ellos la “Soja RR (Roundup Ready)”, resistente al glifosato. Monsanto promocionaba el Roundup como “un herbicida seguro y de uso general en cualquier lugar, desde céspedes y huertos hasta grandes bosques de coníferas”. También sostenía que el herbicida era biodegradable. Pero en enero de 2007 fue condenada por el tribunal francés de Lyon a pagar multas por el delito de “publicidad engañosa”. Los estudios de Seralini fueron utilizados como prueba, junto a otras investigaciones. La Justicia de Francia hizo eje en la falsa propiedad biodegradable del agrotóxico y hasta dio un paso más: afirmó que el Roundup “puede permanecer de forma duradera en el suelo e incluso extenderse a las aguas subterráneas”.Frente a la campaña de desprestigio, Seralini recibió el apoyo de la Procuración General de Nueva York (que había ganado otro juicio contra Monsanto, también por publicidad engañosa). La revista científica Environmental Health Perspectives publicó un editorial para destacar sus descubrimientos y la revista Chemical Research in Toxicology propuso publicar el esquema completo del modo de acción toxicológico. “Monsanto siempre entregó estudios ridículos sobre el glifosato solo, mientras el Roundup es una mezcla mucho más tóxica que el glifosato solo. El mundo científico lo sabe, pero muchos prefieren no ver o atacar los descubrimientos. Sin embargo, la empresa sostenía que era inocuo. Hemos confirmado que los residuos de Roundup representan los principales contaminantes de las aguas de los ríos o de superficie. Por otro lado, recibimos apoyo de parte de investigadores que encontraron efectos similares, explicando así abortos naturales y desastres en las faunas autóctonas”, explica Seralini.Con un mercado concentrado y una facturación sideral, la industria transgénica es denunciada por su poder de incidencia con quienes deben controlarla. Hasta la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos (el ámbito de control competente) es acusada de haber cedido a sus presiones. En agosto de 2006, líderes sindicales de la EPA acusaron a las autoridades del organismo de ceder ante la presión política y permitir el uso de químicos perjudiciales. “Se corren graves riesgos en fetos, embarazadas, niños y ancianos”, denunciaban. La EPA había omitido estudios científicos que contradecían los patrocinados por la industria de los pesticidas. “La dirección de la EPA prioriza la industria de la agricultura y los pesticidas antes que nuestra responsabilidad para proteger la salud de nuestros ciudadanos”, finalizaba el comunicado.Seralini remarca el poder económico de las agroquímicas y recuerda que las ocho mayores compañías farmacéuticas son las ocho mayores compañías de pesticidas y de OGM, entre las que Monsanto tiene un papel protagónico. Por eso reclama la realización urgente de test sobre animales de laboratorio durante dos años, como –según explica– sucede con los medicamentos en Europa. “Hay un ingrediente político y económico en el tema, claramente, donde las compañías están detrás”, denuncia. Se reconoce un obsesivo del trabajo, advierte que desde hace una década analiza a diario todos los informes europeos y estadounidenses de controles sanitarios de OGM. Y no duda: “Los únicos que hacen test son las propias compañías, porque son ensayos carísimos. Las empresas y los gobiernos no dejan ver esos trabajos. Esos estudios debieran ser realizados por universidades públicas y debieran ser públicos”.“Llevo 25 años trabajando sobre las perturbaciones de los genes, de las células y de los animales provocadas por medicamentos y contaminantes. Advertimos el peligro existente y proponemos estudios públicos. Pero en lugar de profundizar estudios y reconocernos como científicos nos quieren restar importancia académica llamándonos ‘militante ambientalista’. Tenemos claro que el ataque proviene de empresas que, si se hacen los estudios, deberán retirar sus productos del mercado”, denuncia Seralini, que en la actualidad advierte sobre el efecto sanitario no ya de los agrotóxicos, sino de los alimentos transgénicos y sus derivados. Recuerda que con el maíz transgénico (también tratado con Roundup) se alimentan los animales que luego come la población (pollos, vacas, conejos y cerdos) y explica que todos los productos que contienen azúcar de maíz (salsas, caramelos, chocolates y gaseosas, entre otros) deben ser objeto de urgentes estudios.“Llevamos años trabajando sobre la toxicidad de los principales contaminantes. Hemos confirmado que el Roundup es también el principal contaminante de los OGM alimentarios, como la soja o el maíz transgénico, lo que puede conllevar a un problema de intoxicación de los alimentos a largo plazo.” La afirmación de Seralini va en sintonía con las denuncias de centenares de organizaciones sociales, urbanas y rurales, y movimientos internacionales como la Vía Campesina (colectivo internacional de campesinos, indígenas, sin tierra y trabajadores agrícolas), que exigen alimentos sanos.//

sábado, 25 de abril de 2009

"QUIEN CONTROLA LAS SEMILLAS, CONTROLA LA COMIDA Y LA VIDA"

DIALOGOS ›ENTREVISTA A MARIE-MONIQUE ROBIN, AUTORA DE EL MUNDO SEGUN MONSANTO
“Quien controla las semillas, controla la comida y la vida”
Una compañía líder, un modelo agrario y sus consecuencias sociales y sanitarias. Los secretos de la empresa, su poder ante los gobiernos y la ciencia. La investigadora francesa aborda todas las claves para contextualizar el monocultivo de soja y los agrotóxicos a nivel global.

Por Darío Aranda
PÁGINA 12
–¿Cómo define a Monsanto?
–Monsanto es una empresa delincuente. Lo digo porque hay pruebas concretas de ello. Fue muchas veces condenada por sus actividades industriales, por ejemplo el caso de los PCB, producto que ahora está prohibido, pero sigue contaminando el planeta. Durante 50 años el PCB estuvo en los transformadores de energía. Y Monsanto, que fue condenada por eso, sabía que eran productos muy tóxicos, pero escondió información y nunca dijo nada. Y es la misma historia con otros dos herbicidas producidos por Monsanto, que formaron el cóctel llamado “agente naranja” utilizado en la guerra de Vietnam, y también sabía que era muy tóxico e hizo lo mismo. Es más, manipuló estudios para esconder la relación entre las dioxinas y el cáncer. Es una práctica recurrente en Monsanto. Muchos dicen que esto es el pasado, pero no es así, es una forma de obtener ganancias que aún hoy está vigente. La empresa nunca aceptó su pasado ni aceptó responsabilidades. Siempre trató de negar todo. Es una línea de conducta. Y hoy sucede lo mismo con los transgénicos y el Roundup.–¿Cuáles son las prácticas comunes de Monsanto en el orden global?–Tiene prácticas comunes en todos los países donde actúa. Monsanto esconde datos sobre sus productos, pero no sólo eso, también miente y falsea estudios sobre sus productos. Otra particularidad que se repite en Monsanto es que cada vez que científicos independientes tratan de hacer su trabajo a fondo con los transgénicos, tienen presiones o pierden sus trabajos. Eso también sucede en los organismos de Estados Unidos como son la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) o EPA (Agencia de Protección Ambiental). Monsanto también es sinónimo de corrupción. Dos ejemplos claros y probados son el intento de soborno en Canadá, que originó una sesión especial del Senado canadiense, cuando se trataba la aprobación de la hormona de crecimiento lechera. Y el otro caso es en Indonesia, donde Monsanto fue condenada porque corrompió a cien altos funcionarios para poner en el mercado su algodón transgénico. No dudamos que hay más casos de corrupción donde Monsanto es quien corrompe.–Usted también afirma que la modalidad de “puertas giratorias” es una práctica habitual.–Sin duda. En la historia de Monsanto siempre está presente lo que en Estados Unidos se llama “la puerta giratoria”. Un ejemplo claro: el texto de reglamentación que regula los transgénicos en Estados Unidos fue publicado en 1992 por la FDA, la agencia norteamericana encargada de la seguridad de alimentos y medicamentos. La cual se supone es muy seria, al menos siempre yo pensaba eso, hasta antes de este trabajo. Cuando decían que un producto había sido aprobado por la FDA pensaba que era seguro. Ahora sé que no es así. En el ’92, el texto de la FDA fue redactado por Michael Taylor, abogado de Monsanto que ingresó a la FDA para hacer ese texto y luego fue vicepresidente de Monsanto. Un ejemplo muy claro de “puerta giratoria”. Hay mucho ejemplos, en todo el mundo.–Monsanto fabricó el agente naranja, PCB y glifosato. Y tiene condenas por publicidad engañosa. ¿Por qué tiene tan buena prensa?–Por falta de trabajo serio de los periodistas y la complicidad de los políticos. En todo el mundo es igual.–¿Por qué Monsanto no habla?–¿Has probado llamarlos?–Sí, pero no aceptaron preguntas.–También es lo mismo en todo el mundo. Ante cualquier periodista crítico, Monsanto tiene una sola política: “No comments” (sin comentarios).–¿Qué significa Monsanto en el mercado mundial de alimentos?–La meta de Monsanto es controlar la cadena alimentaria. Los transgénicos son un medio para esa meta. Y las patentes una forma de lograrlo. La primera etapa de la “revolución verde” ya quedó atrás, fue la de plantas de alto rendimiento con utilización de pesticidas y la contaminación ambiental. Ahora estamos en la segunda etapa de esa “revolución”, donde la clave es hacer valer las patentes sobre los alimentos. Esto no tiene nada que ver con la idea de alimentar al mundo, como se publicitó en su momento. El único fin es aumentar las ganancias de las grandes corporaciones. Monsanto gana en todo. Te vende el paquete tecnológico completo, semillas patentadas y el herbicida obligatorio para esa semilla. Monsanto te hace firmar un contrato por el cual te prohíbe conservar semillas y te obliga a comprar Roundup, no se puede utilizar un glifosato genérico. En este modelo Monsanto gana en todo, y es todo lo contrario de la seguridad alimentaria. De paso, recordemos, que la soja transgénica que se cultiva aquí no es para alimentar a los argentinos, es para alimentar a los puercos europeos. Y qué pasará en Argentina cuando las carnes de Europa deban etiquetarse con que fueron alimentadas con soja transgénica. Se dejará de comprar carnes de ese tipo y Argentina también recibirá el golpe, porque le bajará la demanda de soja.–Estuvo en Argentina, Brasil y Paraguay. ¿Qué particularidades encontró en la región?–Hay que recordar que Monsanto entró aquí gracias al gobierno de Carlos Menem, que permitió que la soja transgénica entrara sin ningún estudio. Fue el primer país de América latina. Luego desde Argentina se organizó un contrabando de semillas transgénicas, de grandes productores, hacia Paraguay y Brasil, que se vieron obligados a legalizarlo porque eran cultivos que luego se exportaban. Y luego llegó Monsanto a reclamar sus regalías. Fue increíble cómo se expandió la soja transgénica en la región, y en tan pocos años. Es un caso único en el mundo.–En la década del ’90 Argentina era denominada como alumno modelo del FMI. Hoy, con 17 millones de hectáreas con soja transgénica y la utilización de 168 millones de litros sólo de glifosato, ¿se puede decir que Argentina es un alumno modelo de los agronegocios?–Sí, claro. Argentina adoptó el modelo Monsanto en tiempo record, es un caso paradigmático. Pero también hubo algunos problemitas con el alumno modelo. Como las semillas transgénicas son patentadas, Monsanto tiene el derecho de propiedad intelectual. Eso significa, como lo vi en Canadá y Estados Unidos, que les hacen firmar a los productores un contrato en los que se comprometen a no conservar parte de sus cosechas para resembrar el año próximo, lo que suelen hacer los agricultores de todo el mundo. Monsanto lo denuncia como una violación de su patente. Entonces Monsanto envía la “policía de genes”, que es algo increíble, detectives privados que entran a los campos, toman muestras, verifican si es transgénico y si el agricultor ha comprado sus semillas. Si no las han comprado, realizan juicios y Monsanto gana. Es parte de una estrategia global: Monsanto controla la mayoría de las empresas semilleras y patenta las semillas, exigiendo que cada campesino compre sus semillas. Lo que pasó aquí es que la ley argentina no prohíbe guardar las semillas de una cosecha y utilizarlas en la próxima siembra. En un primer momento Monsanto dijo que no iba a pedir regalías, y dio semillas baratas y Roundup barato. Pero en 2005 comenzó a pedir regalías, rompió el acuerdo inicial y por eso mantiene un enfrentamiento judicial con su alumno preferido.–El Roundup tiene un papel protagónico en este modelo. Muchas comunidades campesinas e indígenas denuncian sus efectos, pero hay pocas prohibiciones.–Es un impacto increíblemente silenciado. Nadie puede negar lo que traen aparejadas las fumigaciones con este herbicida, totalmente nocivo. Tengo la seguridad de que va a ser prohibido en algún momento, como fue el PCB, estoy segura de que llegará ese momento. De hecho en Dinamarca ya fue prohibido por su alta toxicidad. Es urgente analizar el peligro de los agroquímicos y los OGM (Organismos Genéticamente Modificados).–Sin embargo, las grandes empresas del sector prometen desde hace décadas que con transgénicos y agrotóxicos se logrará aumentar la producción, y así se acabará con el hambre del mundo.–Argentina es el mejor ejemplo de esa mentira. ¿Qué tal le ha ido con la sojización del país? Se ha perdido en la producción de otros alimentos básicos y aún hay hambre. Este modelo es el modelo del monocultivo, que acaba con otros cultivos vitales. Es una transformación muy profunda de la agricultura, que lleva directo a la pérdida de la soberanía alimentaria, y lamentablemente ya no depende de un gobierno para poder revertirlo.–¿Por qué al proceso agrario actual usted lo llama “la dictadura de la soja”?–Es una dictadura en el sentido de un poder totalitario, que abarca todo. Hay que tener claro que quien controla las semillas controla la comida y controla la vida. En ese sentido, Monsanto tiene un poder totalitario. Es tan claro que hasta Syngenta, otra gran empresa del sector y competidora de Monsanto, llamó a Brasil, Paraguay y Argentina “las repúblicas unidas de la soja”. Estamos en presencia de un programa político con fines muy claros. Una pregunta simple lo demuestra: ¿Quién decide qué se va a cultivar en Argentina? No lo decide ni el Gobierno ni los productores, lo decide Monsanto. La multinacional decide qué se sembrará, sin importar los gobiernos, lo decide una empresa. Y, para peor, la segunda ola de transgénicos va a ser muy fuerte, con un modelo de agrocombustibles que acarrea más monocultivo. Y, a esta altura, ya está claro que el monocultivo es pérdida de biodiversidad y es todo lo contrario de la seguridad alimentaria. Ya no hay dudas de que el monocultivo, ya sea de soja o para biodiésel, es el camino hacia el hambre.–¿Cuál es el papel de la ciencia en el modelo de agronegocios, donde Monsanto es sólo su cara más famosa?–Antes pensaba que cuando un estudio era publicado en una prestigiosa revista científica, se trataba de un trabajo serio. Pero no. Las condiciones en que se publican algunos estudios son tristes, con empresas como Monsanto presionando a los directores de las revistas. En el tema transgénico queda muy claro que es casi imposible realizar estudios del tema. En muchas parte del mundo, Estados Unidos o Argentina, los laboratorios de investigación son pagados por grandes empresas. Y cuando el tema es semillas, transgénicos o agroquímicos, Monsanto siempre está presente y siempre condiciona las investigaciones.–¿Los científicos tienen temor o son cómplices?–Ambas cosas. El temor y la complicidad están presentes en los laboratorios del mundo. En el libro dejo claro que hay científicos, en todos los países, cuya única función es legitimar el trabajo de la empresa.–¿Cuál es el papel de los gobiernos para que empresas como Monsanto avancen?–Los gobiernos son los mejores propagandistas de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados). Realizan un trabajo de lobby increíble. Monsanto les lleva sus estudios, su información, sus revistas y fotos, todo muy lindo. Les dicen a los políticos que no habrá contaminación y salvarán al mundo. Y los políticos hacen lo suyo. Y también hay presiones. Diputados franceses han denunciado públicamente las presiones de Monsanto, hasta reconocieron que la compañía contactó a cada uno de los 500 diputados para que legislen según los intereses de la empresa.–¿Y el papel de los medios de comunicación?–Me da mucha pena porque soy periodista y creo en lo que hacemos, creo que es una profesión con un papel muy importante en la democracia, pero hay una gran manipulación de los medios. En todo lo referido a los transgénicos, la prensa no trabaja seriamente. Los medios miran la propaganda de Monsanto y la publican sin cuestionamientos, como si fueran empleados de la empresa. También es público que Monsanto invita a comer a los periodistas, les realiza regalos, los lleva de viaje a Saint Louis (donde está su sede central); los periodistas van muy contentos, pasean por los laboratorios, no preguntan nada y ya. Así funcionan los medios con Monsanto. También registré casos en los que Monsanto busca, en cada medio de comunicación, un defensor. Establece contacto con él y logra opiniones favorables. No sé si hay corrupción, pero sé que Monsanto logra su objetivo. En Argentina es claro cómo actúa, al ver algunos artículos de suplementos rurales se ve que en lugar de artículos periodísticos son publicidades de Monsanto. No pareciera que un periodista lo escribió, fue directamente la compañía.–¿Qué evaluación hace del enfrentamiento entre el Gobierno y las entidades patronales del agro?–En 2005 entrevisté a Eduardo Buzzi, estaba furioso por el asunto de las regalías reclamadas por Monsanto. Hablaba de las trampas de Monsanto. Y además hablaba de los problemas que traía la soja, hasta me puso en contacto con pequeños productores que me hablaron de las mentiras de Monsanto, de la resistencia que mostraban las malezas, que había que utilizar más herbicidas y que los campos quedaban como tierra muerta. Buzzi sabía todo eso y me decía que cuestionaba ese modelo, afirmaba que la soja traía la destrucción de la agricultura familiar y me decía que Federación Agraria representaba ese sector, que enfrentaba a los pools de siembra y a las grandes empresas. Y Buzzi denunciaba mucho este modelo, muy buen discurso. Pero ahora no sé qué pasó. Nunca lo volví a ver y me gustaría preguntarle qué le pasó que ahora se une con las entidades más grandes, me extraña mucho el cambio que muestra. Y encima Buzzi está con Aapresid (Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa –integrada por todas las grandes empresas del sector, incluidas las semilleras y agroquímicas–), que es la que más gana con todo este modelo, y que apareció poco en este conflicto. Aapresid manipula todo y está con los grandes sojeros, que no son agricultores y que hasta promueven un modelo sin agricultores. Entonces no entiendo cómo Federación Agraria dice representar productores chicos y está con Aapresid. Lo de Federación Agraria es muy extraño, no se entiende.–¿Y el papel del Gobierno?–Las retenciones pueden ser que frenen algo del proceso de sojización. Pero no es una solución frente a un modelo tan agresivo. La solución tiene que ser algo mucho más radical y no a corto plazo. Claro que la tentación de los gobiernos es grande, la soja trae buenos ingresos, pero hay que pensar a largo plazo. No hay soluciones simples y cortoplacistas para un modelo que echa a campesinos de sus tierras y, fumigaciones mediante, contamina el agua, la tierra y la gente./